Todos tenemos claro lo que debemos hacer durante nuestro tiempo de entrenamiento: bien lo que nos dice nuestro entrenador, bien lo que me propongo, bien lo que me dé la gana cada día. Algunos dedican a este “tiempo de entrenamiento” media hora al día si solo quieres mantenerte activo, dos horas si tienes un objetivo competitivo o hasta 6 horas en una o varias partes si aspiras a hacer algo “extremo”. También he leído por ahí que es suficiente con rutinas 10 minutos al día… ¡¡¡más vale eso que nada!!!
Cuando planificamos la semana y
cuadramos esos “minutos” en nuestra agenda diaria comprobaremos que quedan
muchos más minutos al día que pueden contribuir a conseguir ese objetivo o, por
el contrario, apuntar en la otra dirección. Vamos a llamar a todo eso que
hacemos a lo largo de la jornada como ENTRENAMIENTO INVISIBLE.
¿Cuánto duermes? Empezamos el
programa “invisible” por el sueño reparador de cada día: depende de la edad,
del sexo, del trabajo diario… pero en cualquiera de los casos debe ser un sueño
reparador con un mínimo de 6 horas seguidas, preferentemente en las primeras
horas de la noche, aunque tenga que madrugar al día siguiente. Cuida de tu
colchón con el mismo cariño que de tus zapatillas de running…
¿Has desayunado? Una de las modas del entrenamiento actual es estrenar a las 6:00 de la mañana, en ayunas, recién levantado, con más o menos frío… que será más o menos beneficioso según el objetivo que te planteas. Si buscar mejorar tu rendimiento, desde luego que no es la mejor hora para “exigir” a tu cuerpo lo mismo que le podrías pedir a partir de mediodía cuando tu metabolismo estuviera “despierto”.
¿Qué comes? Desayuno, comida,
cena y snacks… Lo que vayas “metiendo” en el cuerpo va a condicionar tu
rendimiento. Para mí es unos de los retos más importantes cuando buscamos un
objetivo ambicioso como “bajar de peso” o “mejorar marcas personales”. ¿Por
qué? Porque nuestro rendimiento va a depender muy mucho de lo que comamos y
bebamos cada día, en cada una de las CINCO comidas. Sin entrar en el tema de la
alimentación de la que no soy experto, huelga decir que, si no desayuno, a
media mañana me tomo un café con un bollo, a medio día salgo de tapas y por la
noche no ceno para “no engordar”, mis objetivos se alejan cada vez que se
siento en la mesa. Mucho peor si lo hago el día antes de la carrera…
¿Algún suplemento? Desde la propia experiencia comparto la idea que un ritmo de vida por “encima de lo normal” exige una alimentación por encima de lo normal: controlada al 100% o que incluya la toma de suplementos deportivos que complementen esas necesidades añadidas; incluso con una alimentación controlada, las exigencias alimenticias de la competición exigen la ingesta de esos suplementos; desde un polivitamínico hasta un suplemento de proteínas, recuperadores, pre entrenos…
¿A qué dedicas el tiempo libre?
No es la canción de Perales… El tiempo de libre, debes dedicarlo a mejorar tu
rendimiento o por lo menos, no apuntar en la dirección contraria: un sábado de
compras previo a la competición del domingo no es la mejor manera de preparar
esa competición, aunque hayamos entrenado toda la semana. Intenta que esas
horas te ayuden a descansar y recuperarte para el día D.
El día antes: lo malo de que las
competiciones las pongan en domingo es que nos perdemos todo el fin de semana…
He hablado con algunos deportistas y entrenadores que dicen que “no importa lo
que se haga la noche antes de una competición” si todo el trabajo previo está
bien hecho; esto se refiere a una noche viajando, una noche de insomnio por los
nervios o alguna situación parecida: desde luego que los que promulgan esta
idea no se refieren a pasar todo el fin de semana de copas y de fiesta antes de
la carrera del domingo por la mañana…
Termino apuntando que el entrenamiento invisible es todo lo que hacemos “fuera del tiempo de entrenamiento”. Hace unos días escuché una anécdota en la radio sobre el recién fallecido Pelé: un famosos jugador de fútbol se encontraba con el “rey” ya retirado en una discoteca a las 4 de la mañana. El jugador se acercó a Pelé y le dijo: ¿me puedo hacer una foto contigo? ¡¡¡Yo también soy futbolista!!! Pelé le respondió: si fueses futbolista no estarías a las 4:00 de la mañana en una discoteca….
¡¡¡Claro!!! Ahora es cuando me
decís aquello de que “yo tengo trabajo”, “tengo que atender a mi familia”, o
“yo no soy profesional” …
Y me pregunto…: para qué quieres una bicicleta de 10000 euros
y llevas las últimas zapatillas que han sacado para correr a 3 minutos por
kilómetro.
¡¡¡Todo suma, y el entrenamiento
invisible también!!!