Si a cualquiera de nosotros nos hicieran esa pregunta, probablemente nos sorprendería. En algunos casos, esa pregunta es innecesaria cuando nos encontramos con un amigo o amiga a la que hace algún tiempo que no vemos y, ¡ parece que está embarazado o embarazada !. La respuesta está clara: ¿cómo come?, pues bien, es decir, MAL. En cambio si nos encontramos a ese otro que venía con nosotros al gimnasio el año pasado y no lo dejó ni en agosto, y que además nos contó que estaba a dieta.... la respuesta también está clara.
Y es que "somos lo que comemos". Quizá ahora te lo pienses más a la hora de afimar que te encantan las barbacoas con sus chorizos, morcillas, su costillita... es decir: cerdo, cerdo y cerdo.
Ya en la antigua Grecia, los atletas olímpicos cuidaban su alimentación en función de la modalidad deportiva que practicaban. Así, los que practicaban las carreras comían carne de gacela mientras que los luchadores comían carne de toro. En definitiva pensaban que según su alimentación su organismo evolucionaba en una u otra dirección, pareciéndose más a una gacela veloz o a un gran y fortísimo toro .
Es fácil encontrarnos por la calle con alguien que está a dieta: ¡ todo el mundo lo está !. Pero no todo el mundo la hace. Además, lo que es bueno para unos, no lo es para otros. En cualquier revista especializada en el mundo del fitness puedes encontrar consejos más o menos válidos pero:
Cuando decidas ponerte a dieta, bien por gusto, bien por que lo necesitas aunque sea más por motivos de apariencia que por salud, habla con tu médico.
Huye de los tópicos y de los típicos: la dieta de la alcachofa, la del té, la de la manzana...Recuerda que lo que vale a uno puede perjudicar a otro.
No te compliques la vida con recetas pesadas al gramo, salvo consejo del médico por razones de salud claro; al final te cansarás y tirarás esa balanza de precisión a la basura.
No lo dejes para el año nuevo, ni para el próximo mes; ni siquiera para el lunes: empieza ahora. Cada caloría cuenta. Si crees que es bueno, ¿ por qué vas a esperar ni un minuto ?. La respuesta es ¡ porque cuesta ! , y por ese motivo tienes que ir educando tus hábitos alimentarios, culinarios, a la hora de hacer la compra, y hacerlo poco a poco pero desde ya.
Mientras publico esta entrada me está apeteciendo tomarme un coca cola con una chocolatina o unas pipas, así que un momento. ¿no hay chuches ? pues NO. Estamos a dieta (controlamos lo que comemos) y en casa no tenemos nada que vaya en contra de nuestros objetivos ¿recuerdas?. Es la segunda decisión que debes tomar: elabora una lista de la compra semanal, mensual o diaria en la que, después de escribirla, taches aquello que te impida avanzar. Seguro que tu ya sabes lo que te viene bien y lo que no. Empieza por hacer ese pequeño (gran) esfuerzo y será un buen paso para el futuro. ¡Además se ahorra una pasta!.
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