Pues sí.
A la hora de llevar a cabo la planificación de nuestro entrenamiento tenemos que partir de nuestra realidad: de como somos. Y es que no es igual diseñar un plan de entrenamiento para una mujer de mediana edad, con algunos kilos de más y sedentaria , que para un joven atlético. Edad, sexo, nivel de condición física... son algunos de los condicionantes a tener en cuenta a la hora de empezar a planificar (además de objetivos, lesiones....).
En esta entrada nos vamos a centrar en la FORMA de mi cuerpo, y me refiero a eso: a la FORMA. Imagina que tienes que hacer un dibujo de tu figura... De hecho, podemos encontrar a dos personas de la misma estatura incluso del mismo peso pero con distinta FORMA.
Y tú, ¿cómo eres?.
Una clasificación del morfotipo (que así se llama) distingue entre ectomorfo: persona delgada, con predominancia de la talla sobre el peso, más o menos huesudo a la vista, de rasgos muy marcados, sin apenas grasa corporal... esta delgadez excesiva se suele acompañar de una carencia de masa muscular por lo que pueden presentar problemas de espalda provocados por cifosis o escoliosis. En definitiva no están gordos, por lo que el sobrepeso no suele ser su problema pero requieren entre sus hábitos diarios algún tipo de ejercicio físico. Sin embargo, a pesar de su delgadez y en función de sus hábitos, especialmente los relacionados con la dieta, pueden presentar una gran "barriga" a modo de embarazo a partir de los treinta y tantos. En estos casos, lo más recomendado es acudir a un gimnasio y empezar a trabajar con cargas (primero autocarga, luego cargas ligeras y maquinaria) prestando especial atención a la musculatura de su espalda (estabilizadora de su columna vertebral): trapecios, dorsales, lumbares.... Su cuerpo suele ser bastante agradecido y al cabo de unos meses presentan un buen desarrollo muscular.
En la misma clasificación, aparecen los endomorfos, altos o bajos, siempre con unos kilos de más, formas redondeadas... Pues eso, presentan peso por encima del adecuado para su edad-sexo-talla (IMC), presentando ellos un gran contorno de cintura y ellas cierta acumulación de los kilos en la zona de las caderas (suprailíaca) y espalda (subescapular). Además, presentan acúmulos de grasas en las extremidades, piernas y brazos, de ahí sus formas redondeadas. En estos casos, lo ideal para empezar a ejercitarse es el ejercico aeróbico de baja intensidad. Puede que se apunten al gimnasio y en este, se inclinen por el ciclo indoor o el aeróbic, pero se les hará insoportable en los primeros días; mejor empezar dando largos paseos a conciencia, montar en bici (en casa o en la calle) y aumentar progresivamente la duración hasta pasar de los 60 minutos diarios. Luego ya pueden atreverse y entrar en el gimnasio para probar con alguna actividad de las llamadas "cardiovasculares".
En el tercer lugar de la clasificación encontramos a los mesomorfos; talla y peso propocionados, grasa corporal en su justa medida, y en su sitio. También los podemos llamar atléticos aunque jamás en su vida hayan pisado una pista de atletismo: son así. El problema es que con la edad y con los hábitos de vida sedentaria, esta perfección se descompone si no se toman medidas. En este caso pueden elegir una combinación de los dos anteriores: algo de ejercicio aeróbico para mentener el peso y un buen entrenamiento muscular a base de pesas. Si el trabajo es el adecuado, el resultado puede ser espectacular.
Entre los primeros, los segundos y los terceros encontramos tantas combinaciones como personas; en mi carrera como entrenador he podido comprobar que cada uno y cada una, necesita de una atención personal e individual, atención que no siempre saben prestarles. Por cierto, ¡ los estiramientos son recomendables para los tres tipos!.
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